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3/22/2007

Brujería en el Cultural Roots


Al fin, después de tantos rumores a lo largo de mi vida, cancelaciones de conciertos supuestamente “confirmados”, cómo el de hace unos años en el Circo Volador, y resignaciones de muchos de nosotros a no verlos debido a que Juan Brujo siempre decía que solamente se presentarían en la ciudad de México cuando la selección de fútbol mexicana ganara un mundial, o porque simplemente muchos consideramos algo inalcanzable de ver en vivo. Sin embargo Brujería se presentó con mucho éxito en el DF hace un año en el Vive Latino (13 de Mayo del 2006).

Mucho se habló sobre si era verdad que Brujería se presentaría en el Cultural Roots el pasado fin de semana (16 de marzo), la respuesta fue sorprendente, pues había en el lugar más de 3 mil personas, la mitad de ellas con boleto pagado, la otra mitad no se quedó con las ganas de verlos y tuvo que adquirir boleto para el día siguiente, pues abrieron otra fecha dada la demanda. De hecho hubo quién dijo que a la mera hora cancelarían, cosa que para fortuna de muchos que nunca habíamos visto a la banda no sucedió…

El sonido del Cultural Roots se comportó a la altura, nunca dejaron de sonar los gritos de Fantasma y Juan Brujo, ni la bataca de El Podrido. Brujería llegó al lugar con una alineación más que poca madre, chequen:

En la voz: Juan Brujo (John Lepe), y Fantasma (Pat Hoed)
En la guitarra: Hongo (Shane Embury de Napalm Death)
En el bajo: El Cynico (Jeff Walter de Carcass)
Y en la bataca: El Podrido (Adrian Erlandsson de Tenet)

El chiste es que estos cuates sólo se dedicaron a tocar los grandes clásicos como Brujerizmo, Echando chingazos, Anti-castro, una parte de El Patrón, Raza odiada (Pito Wilson), La Migra, Colas de Rata, División del Norte, Matando güeros, etc. El ambiente de por sí ya estaba agresivo desde que bajaron a Garrobos, y tal y como se esperaba, con Brujería no fue la excepción, la banda metalera volaba, se golpeaba, gritaba y cantaba todo lo que Juan Brujo decía.

Tan feliz estaba Juan Brujo por el lleno, que hasta se dió el lujo de bailar un jarabe tapatío y una cumbia (cuando tocaron Anti-Castro). Valió la pena la espera, a mis 30 ya puedo decirle a mis hijos, sobre todo si algún día los tengo, “Hijos, yo ví a Brujería en vivo” .